“Me levanto todos los días a las seis de la mañana y no paro hasta las siete de la tarde. Todos los años de carrera que llevo han sido así, cinco años de mucho esfuerzo. Pero a pesar de eso, siento una felicidad máxima. ¡Al fin lo logré! Me siento plena, porque a raíz de mucho sacrificio, logré la meta que me propuse cuando entré al primer año de carrera, estar ad portas de salir.
Mi familia ha sido un apoyo fundamental, siempre han estado ahí tirándome para arriba y diciéndome que tengo que terminar mi carrera. Tengo un hijo de dos años y gracias a mi mamá he podido estudiar, ya que ella me lo cuida todos los días.
Cuando pienso en enfrentarme al mundo laboral siento miedo e incertidumbre, específicamente de estar expuesta a una situación que no me haga sentir cómoda. Tengo susto de no encontrar trabajo en un lugar que quiera y que no me guste. Pero bueno, ya estoy aquí, a poco de empezar este nuevo proceso de vida y tengo que seguir.
Cuando salga quiero volver al sur, a Litueche, donde siempre viví y así poder estar cerca de mi familia, de mi hijo y buscar un trabajo que me dé tiempo para compartir con ellos. También sueño con devolverle la mano a mis papás, ellos me han ayudado en todo ámbito y me han apoyado siempre”.
Como Fundación estamos muy contentos de haber acompañado a Estefanía durante todos estos años, especialmente este último, donde la hemos apoyado a través de talleres especializados para enfrentar de la mejor forma sus miedos y una vez que salga, estar preparada para su búsqueda de trabajo.
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