Diego Las Heras es Psicólogo Clínico de profesión, durante su trayectoria, se ha desempeñado en ámbito laboral y clínico, sin embargo asegura que su vocación está en el área clínica de la psicología. Su pasión por esta área lo llevó a emprender con una consulta, donde actualmente atiende a jóvenes y adultos. Además es voluntario de la Fundación a través del Centro de Apoyo Integral CAI, atiende a un grupo becados que requieren atención psicológica.
¿Por qué decidiste estudiar psicología?
Siempre quise estudiar psicología para atender pacientes y ayudar a las personas. Estudié en la universidad Andrés Bello, sin embargo el enfoque de mi universidad era más laboral, así que finalmente saqué mi carrera enfocada en ese ámbito. Mi primer trabajo fue un reemplazo en el Hospital de Pichidegua, estuve a cargo de la Unidad del Internado Psiquiátrico y me encantó esa experiencia. Después de mi paso por el Hospital, trabajé en empresas en el área de selección, me gustaba la labor que desempeñé, pero me di cuenta que mi real vocación está en el área clínica de la psicología. Por eso decidí emprender y enfocar mi carrera en psicología clínica, es un mundo totalmente distinto a lo laboral, actualmente tengo una consulta donde atiendo a adolescentes y adultos y desde el año pasado además soy voluntario de la Fundación, atiendo a siete becados que requieren atención psicológica.
¿Qué es lo que más te apasiona de tu profesión?
Desde muy chico siempre pensé en ayudar a las personas de alguna manera. Lo que más me apasiona es la retroalimentación que te entregan las sesiones, el hecho de ver que eres capaz de mejorar la calidad de vida de otra persona.
¿Cómo llegaste a la Fundación y qué te incentivó a colaborar como voluntario?
Llegué a la Fundación a través de una compañera de trabajo, ella me comentó que estaban en búsqueda de psicólogos clínicos voluntarios. Desde chico me imaginé tener una consulta psicológica y dentro de ese sueño, siempre pensé en atender a pacientes a bajo costo, a través de esa modalidad, puedo atender a personas que quizás no podrían pagar una consulta, las atenciones psicológicas en general no son baratas. Y en la Fundación estaban buscando psicólogos voluntarios y de esta manera puedo atender a becados a bajo costo, y por otra parte he podido desempeñarme y obtener más práctica al atender pacientes.
¿Cómo ha sido tu experiencia como psicólogo voluntario?
He atendido a siete pacientes de la Fundación, es muy gratificante ver cómo han ido avanzando en sus procesos, el hecho de que me digan que les gusta y que les sirven las atenciones psicológicas, y que se quieran mantener en la terapia. Incluso con la pandemia, he podido continuar con las atenciones psicológicas a los becados de manera remota y han tenido muy buenos resultados.
Estoy muy agradecido de la Fundación, ha sido un proceso muy bonito y feliz seguiría apoyando como voluntario el tiempo que se pueda, “Me encanta poder atender a los becados de la Fundación”.
Mundialmente la humanidad está enfrentando momentos complejos, debido a la pandemia, en relación a eso, ¿Qué consejos nos podrías entregar?
Desde octubre del año pasado hasta ahora, hemos vivido un remolino, muchos cambios y a pesar de que cada persona es distinta, recomiendo vivir este proceso como una oportunidad, aprovechar de utilizar este tiempo de confinamiento, de poca movilidad, para movilizar cosas propias, conectarse con el presente y aprender de esta experiencia.
Desde la Fundación agradecemos a Diego por su calidad humana y profesional, además del profundo compromiso demostrado a nuestros becados, gracias por ser un puente de apoyo para nuestros jóvenes.
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