El estrés académico es una reacción que se origina frente a diversas exigencias y demandas a las que se ven enfrentados los estudiantes de educación superior; como pruebas, trabajos, disertaciones. El conjunto de actividades que un estudiante realiza para superar los retos académicos pueden ser una importante fuente de estrés y ansiedad, y esta sobrecarga de exigencias puede afectar al rendimiento académico.
Estresores académicos:
Las exigencias que pueden dar origen al estrés son de dos tipos:
¿Cuáles son los síntomas del estrés académico?
Los síntomas más habituales del estrés académico son; somnolencia, mayor necesidad de dormir, cansancio y fatiga, dolores de cabeza o jaquecas, dolor de estómago y/o colon irritable, bruxismo, dolor de espalda, taquicardia o palpitaciones fuertes, aumento o disminución del apetito, dificultades para dormir.
Técnicas para combatir el estrés:
Establece horarios de trabajo realistas que incluyan tiempos de descansos. Recuerda que la mala administración del tiempo puede provocar cansancio, así como también la sensación de no ser productivo.
Establece objetivos y prioridades:
Intenta establecer metas de estudio calculando su relevancia en base a su tiempo de entrega e importancia académica. Es importante establecer prioridades y reconocer que algunas cosas no se pueden hacer en ese momento, priorizar es la clave.
Mantén hábitos saludables:
Mantener hábitos de sueño y una alimentación en horarios saludables puede contribuir a reducir el estrés académico. Realizar algún tipo de deporte o actividad recreativa también pueden ayudar.
Establecer una actitud positiva:
Una actitud positiva puede ser la clave para llevar a cabo las anteriores técnicas y afrontar el estrés de manera general. Se sabe que nuestra predisposición mental nos conduce en la dirección que nosotros deseamos. Si crees que estás frente a un cuadro de estrés académico, te recomendamos pedir ayuda.
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